No existe ni un solo hogar en el que no hayan entrado la enfermedad y la muerte,esos grandes destructores que separas corazones y que despliegan la partida mortaja del dolor.Tarde o temprano, todos caemos en las poderosas y, al parecer, indestructibles redes del mal, y así es como del dolor, el desamparo acechan a la humanidad.
viernes, 21 de septiembre de 2012
La lección del mal
Las sombras que eclipsan nuestra vida son el dolor, la angustia y el sufrimiento.No existe en el mundo ni un solo corazón que no haya sentido el aguijón de dolor, ni una sola mente que no haya sido arrojadas a las oscuras aguas de la preocupaciones, no unos ajos que no hayan derramando las lagrimas ardientes de una angustia indescriptible.
No existe ni un solo hogar en el que no hayan entrado la enfermedad y la muerte,esos grandes destructores que separas corazones y que despliegan la partida mortaja del dolor.Tarde o temprano, todos caemos en las poderosas y, al parecer, indestructibles redes del mal, y así es como del dolor, el desamparo acechan a la humanidad.
No existe ni un solo hogar en el que no hayan entrado la enfermedad y la muerte,esos grandes destructores que separas corazones y que despliegan la partida mortaja del dolor.Tarde o temprano, todos caemos en las poderosas y, al parecer, indestructibles redes del mal, y así es como del dolor, el desamparo acechan a la humanidad.
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